sábado, 2 de abril de 2011

LA LÓGICA

Un profesor de universidad se presentó ante sus alumnos el primer día de clase:
- Buenos días a todos. Soy el nuevo profesor de lógica y voy a comenzar explicándoles esta asignatura poniéndoles un ejemplo.
Entonces, adoptando un tono solemne, se dirigió a la sala abarrotada de alumnos, en los siguientes términos:
- Vivo en La Moraleja, en un chalet de 1.500 metros cuadrados. Tengo dos hijos que estudian en la facultad de sociología de la Sorbona. Mi mujer es profesora de estilismo. Mi coche es un porsche Cayenne y mi mujer conduce un BMW descapotable. Todos los años veraneamos en el balneario de Baden Baden,…
Y estirándose la chaqueta, añadió:
- Con estos datos, ¿alguien sabría aplicar una ecuación lógica para averiguar cuántos años tengo?
Tras un silencio sepulcral, se oyó al fondo de la sala una voz:
- ¡Cuarenta y cuatro!
El profesor, sorprendido, invitó al alumno a que razonara el resultado.
- ¡Efectivamente! Por favor, venga a la pizarra y cuéntenos qué procedimiento ha utilizado para resolverlo.
Saliendo de la última fila, un alumno con pinta de friki se acercó hasta el profesor y, carraspeando un poco, contestó:
- ¡Es fácil porque tengo un amigo que es medio gilipollas y tiene veintidós!.

(“Extraído del Libro de la Vida”)

¿De qué le sirve a nadie vestirse por la cabeza o por los pies si sobrevive en un mundo que está al revés? Si ya hace tiempo que no eres infante y tampoco posees la condición de inmigrante, si no tienes cachorros a los que ver crecer ni estás casi en edad de merecer, si no has estado nunca parada y ni siquiera aspiras a estar jubilada, si no has sufrido la desgracia de ser maltratada ni te han tachado nunca de discapacitada, lo siento querida: estás apañada. Pues, aunque creas que estás sobradamente preparada, pagues religiosamente o lleves una eternidad cotizada, si no formas parte o has pertenecido a uno de esos colectivos, supuestamente calificados como desfavorecidos, da igual que lo veas blanco, negro o beis porque naciste en el sesenta y seis. Por eso, cuando sientas que la montaña viene hacia ti, corre porque es un derrumbe y, si a pesar de todo, aún sueñas con acabar con el hambre y la pobreza, bendice la mesa y cómete a un pobre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡¡¡¡Feliz regreso, Burka!!!! ¿o es Sade la que habla? Lo digo porque has vuelto pelín acidilla...

Anónimo dijo...

Tú si que eres friki y no el alumno aventajado ese. Los pobres no se comen...