miércoles, 5 de enero de 2011

LA BÁSCULA

Después de muchos intentos, una mujer consiguió al fin hacer algo en relación a su peso: decidió no volver a subirse a una báscula.

(“Un minuto para el absurdo” A. De Mello)

Sea por cultura o por educación, o como resultado de esa macedonia que es la religión, todos atravesamos en la vida momentos en los que, a consecuencia de un determinado comportamiento, nos asalta el fantasma del cumplimiento al que llamamos remordimiento. Entonces nos agarramos como posesos a ese mecanismo psicológico denominado propósito de enmienda, que se basa en la negativa y/o incapacidad para cambiar de actitud o de conducta, y en el cual la acción es sustituida por una intención que se mueve en el terreno de la ficción, con el fin de acallar la mala conciencia y eliminar un posible sentimiento de culpa. ¿Qué tal si, en lugar de plantear y replantearte las cosas una y otra vez, simplemente las haces? Y si no, prueba a trabajar como si no necesitaras el dinero, quiere como si nunca te hubieran hecho daño y baila como si nadie te estuviese mirando.

2 comentarios:

Pe. Ângelo (Ángel D.) dijo...

Me gusta tu conclusión, Burka. Y te digo mas: Creo que lo de trabajar como si no necesitara el dinero, se puede hacer (de hecho yo lo estoy haciendo... sino no trabajaría en lo que trabajo, jaja). Lo de querer, con esfuerzo, creo que se puede conseguir también... Pero lo de bailar... es que, aunque cuando bailo solo... me están mirando...
Pero qué narices... a bailar que son dos días y después que me quiten lo bailao!!

Anónimo dijo...

me alegro burka de que aunque no te gusten los convencionalismos nos hayas regalado un cuento para reyes... a ver si es que quieres volverte monárquica y del ejército y por eso dices lo que dices en tus últimos cuentos... ¡ten cuidado!