lunes, 26 de marzo de 2012

EL FONTANERO

- Cariño, ¿has visto que se sale el agua por debajo del fregadero?
- Ah si,… pues llama a un fontanero.
- ¿Y sabes que algunos hombres arreglan ese tipo de cosas en su propia casa?
- Ya. Y también hay mujeres que la chupan.

 (“Extraído del Libro de la puta vida”)

Hace ya algún tiempo escuché, aunque entonces no lo entendí, que lo mejor de tener una pareja es que se la pueda echar de menos. A saber, al empatizar con los otros, nos podemos meter en su piel y asumir sus puntos de vista sin renunciar al propio; pero cuanto más se intima o, como dice una amiga con más intención que intuición, cuando se «progresa», cabe el peligro de que se te nuble la mirada, de ser amaestrada e incluso quedarte anulada. Por eso, es conveniente siempre reservarse una parcela desde la cual nos podamos resetear para volver a embarcarnos en nuevas experiencias que disfrutar. Así es que, y más aún viendo como están de deslucidas casi todas mis conocidas, considero que es preferible mientras estés apetecible el no tener que dar cuentas de nada y hacer lo que te venga en gana, que resignarte, a expensas de quedarte embarazada, a que una vez a la semana te dejen mal follada.