sábado, 8 de marzo de 2008

LA TRABAJADORA SOCIAL

En cierta ocasión, el Maestro le dijo a una asistente social:
- Me temo que estás haciendo más mal que bien.
- ¿Por qué?
- Porque únicamente subrayas uno de los dos imperativos de la justicia.
- ¿A saber…?
- Que los pobres tienen derecho al pan.
- ¿Y cuál es el otro?
- Que los pobres tienen derecho a la belleza.

(“Un minuto para el absurdo” A. De Mello)

En muchas ocasiones y de muchas maneras, se ha procurado, desde el poder, tener a la afición adormecida, suponiendo que, al darle circo, toros o fútbol, estaría complacida. Ahora, en esta etapa final, con unos medios de comunicación, bien alineados y uniformados, se nos quiere entretener con cine de la casa y analistas de opinión. Y claro, así estamos todos: cada vez más encabronados. Este modo de proceder olvida que lo singular de la cultura está en sus aristas y que solamente es democrática si pertenece a la gente y no a los “artistas”. Desde la contra donde he estado y estaré por siempre jamás, quiero denunciar que si la mierda fuera una producción cultural (y a la inversa, se encuentran sobradas muestras de ello), algunos seguramente naceríamos sin trasero. Que le den por ahí mismo al canon y a sus teloneros.

2 comentarios:

edu dijo...

varias cosas:
1.- De acuerdo completamente en lo del cánon.
2.-Panem et circenses (pan y circo) era la receta delos emperadores romanos para tener a la población contenta, tranquila y sin alterarse. Desde entonces, parece, hemos avanzado poco...
3.-Una cita que se usa mucho en un programa musical de radio que escucho de vez en cuando dice "buscad la belleza; es lo único que queda en este asqueroso mundo".
Ala.

Anónimo dijo...

Cantautor: Dícese del que canta quejándose de lo bien que viven los otros, hasta que puede vivir como ellos.

Lo que pasa Burka es que la mayoría de esos del canon son de izquierdas... Y yo sé que tú cojeas de esa pata. Lo siento.