viernes, 18 de enero de 2008

EL GARRULO

Cierto día apareció en la plaza de un pequeño y desconocido pueblo un lujoso coche del que descendió una famosa y exuberante modelo, preguntando por el tipo más garrulo del lugar.
- Quién es, dijo la mujer, dirigiéndose a unos mozos que se encontraban allí perplejos, sin dar crédito a lo que sus ojos estaban contemplando y sus oídos acababan de oír.
- Sin duda, está buscando al Macario, comentó, al fin, uno de ellos. Voy enseguida a avisarle.
Cuando el hombre llegó a la plaza, la mujer le invitó a subir al coche y juntos salieron del pueblo ante la atónita mirada de los que se habían congregado.
Pero, apenas había transcurrido una media hora, el coche de la modelo volvió a entrar en el pueblo y de él solamente bajó el Macario, con cara de satisfacción y convencido de que había sido tocado por la varita de la suerte.
- Cuéntanos. ¿Dónde has ido? ¿qué ha pasado?, le interrogaban uno tras otro con insistencia.
- Pues nada, contestó él. Me llevó hasta la era que hay al otro lado del puente y, una vez allí, se quitó toda la ropa y me dijo que tomara lo que quisiera. Así que me he montado en el coche y aquí estoy.
Y el alcalde del pueblo, como corroborando lo acertado de su decisión, añadió:
- Claro, y para que te ibas a traer la ropa, si tú no tienes hermanas.

(Adaptación de un relato extraído del Libro de la Vida)

En muchas ocasiones y de distintos modos nos encontramos con gente que se comporta de una manera un tanto sorprendente por lo que tiene para nosotros de inesperada. Nos sentimos decepcionados cuando vemos que alguien no está a la altura de nuestras pretensiones. Pero lo que realmente nos duele no es la conducta del otro sino nuestro orgullo, al caer en la cuenta de que nos habíamos formado una idea equivocada pues habíamos generado unas expectativas basadas en nuestros deseos, al margen de la verdadera voluntad de la otra persona. ¿Por qué nos empeñamos en cargar sobre los demás la responsabilidad de nuestra propia felicidad? Hay que echarle huevos por si acaso la técnica nos falla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola burca.

He leido algunos de tus cuentos y comprendo lo poco que sé de la psicología, las relaciones...

Pero he aprendido, gracias a ti, que por encima de esas redes "son" las personas que aman aunque no se cumplan sus expectativas en el otro, aunque no cubran sus necesidades o aunque no se sientan queridas.
Incluso creo que Alguien nos ama intensamente aunque nunca estemos a la altura de sus expectativas, necesidades y cariños.
Creo y quiero a mis amigos aunque no son como yo quiero y precisamente porque no son como yo quiero.
Llámame loka si quieres.

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo, es gracias a q somos tan distintos lo q nos hace kerernos unos a otros.Una vida llena de lokas seria tan aburrido como una vida llena de neos,jeje
un abrazo