jueves, 27 de diciembre de 2007

CALENTÓN INTERCONFESIONAL

Dos encofradores católicos estaban trabajando justamente delante de un burdel cuando, de pronto, vieron cómo un rabino se deslizaba furtivamente en la casa.
- ¿Qué vas a esperar de un rabino?, se dijeron el uno al otro.
Al cabo de un rato, entró un pastor protestante. Ellos no se sorprendieron:
- ¿Qué vas a esperar…?
Entonces apareció el párroco católico que, cubriéndose el rostro con una capa, se introdujo también en el edificio.
- Es terrible, ¿no crees? Una de las chicas debe estar muy enferma.

(“Un minuto para el absurdo” A. De Mello)

Nos cuesta poco justificar, exculpar e indultar los tropiezos de los que pertenecen a nuestro círculo y nos resulta aún más fácil, si cabe, interpretar, juzgar y condenar los escándalos de aquéllos que hemos decidido situar frente a nosotros. Con frecuencia, confundimos la libertad de expresión con el derecho a la opinión y olvidamos que, como el culo, cada uno tenemos la nuestra. Hay que ser solidario y comprensivo con la raza humana, sobre todo, en estas fechas, porque el problema no está en ellas sino en sus hijos. ¡Natalidad sí, pero no así!

1 comentario:

edu dijo...

Que bien hablamos cuando nos ponemos...