domingo, 7 de agosto de 2011

SINCERIDAD

El Maestro solía decir que la sinceridad no era suficiente y lo que hacía falta era honradez.
- ¿Y cuál es la diferencia?, le preguntaron.
- La honradez consiste en estar constantemente abierto a la realidad, dijo el Maestro, mientras que la sinceridad no es otra cosa que creerse la propia propaganda.

(“Un minuto para el absurdo” A. De Mello)

Generalmente, la gente busca y, a menudo, encuentra en la relación que establece con los demás un cierto grado de satisfacción. Pero hay personas que, al margen del reconocimiento social, necesitan rodearse de otros mortales para reconocerse a sí mismas como tales. De esta manera, surgen algunas minorías que construyen su identidad dentro del grupo a través de la demonización de los que sitúan fuera, colocando enfrente a quienes viven al lado y convirtiendo al vecino en el enemigo a combatir. Esa obsesión por travestir en ajeno al anejo lleva en más de una ocasión, a que entre estar indignados y ser indignos no quepa un pelo de conejo, pues siempre que alguien quiera ser aprovechado encontrará a quien le permita ser engañado. Por tanto, siendo honrada, he de admitir que las ideas no son responsables de los que creen en ellas y que, si nos empeñamos en perseguir lo incierto, entonces podemos perder lo seguro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si es que el ser humano tiene mucho de ovejo sin lana. Curioso en una época en la que tanto se propugna el individualismo y el valor de la persona... ¡dioro Baco!